Enganchadas a Camilla Läckberg


En la última tertulia literaria, descubrimos que Pamela y yo estamos    enganchadas a las mismas narraciones y gustos estéticos. Tuvo su gracia compartir y disfrutar de las andanzas de Erica, de Fjällbacka, de sus intrigas y emociones. Y de su casa, la casa.

¡Lástima no saber sueco! me dijo Pamela cuando le comenté que su autora anda por twitter.  Se alegró muchísimo, al saber que hay más novelas con Erika.Y con el bueno de  Patrick. Los héroes literarios nos unen más en estos cruces de caminos, a veces difíciles, pero nunca imposibles.
Por esto, y algunas cosillas más, literarias y no literarias, cuando pensamos en poner un título a su blog,  galería de creatividad y ventana al mundo, le puso de nombre La princesa de hielo, porque "aquí, en la cárcel, hay que ser de hielo".

Siempre he tenido muchos prejuicios con las donaciones de libros, para las bibliotecas de  las cárceles, porque casi siempre se tira lo que uno mismo no lee. Es muy raro encontrar a personas que se desprendan de sus lecturas favoritas, aunque alguna hay, y doy fe de ello. Así que cuando Pamela me habló emocionadamente de La princesa de hielo, quise creer que el libro estaba entre los lotes recientemente donados para el módulo de mujeres. Quise creer en la bondad humana, y en que al fin había personas que daban lo que leían y lo que les enganchaban. Mi ilusión duró una semana , al comprobar que el libro es de Leire, una compañera de Pamela, que es quien se lo dejó y con quien compartió las primeras emociones literarias.
¡Lástima que entre los lotes-basura de libros que la gente y las instituciones regalan a la cárcel, no estén los más leídos! Aprender sueco, para comunicarnos con Camilla Lackberg, se puede arreglar con el google traductor, pero cambiar esta maldita mentalidad de hacer el bien lector, donando lo que nos sobra y no queremos para nosotros...es otro cantar.

Al final, la historia acaba con la solidaridad del pobre, y con la superioridad moral de los héroes literarios;, en el módulo 10 nos hemos encontrado con Erika tres mujeres - Leire, Pamela y Pilar- que en la calle, ni nos habríamos mirado a la cara..



“Siento la necesidad de escribir sobre ella, para poder crearme otra imagen de Alex, una imagen viva”.
La princesa de hielo.









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